Es una gran satisfacción que la ciudad de Plasencia solicite la Medalla de Extremadura para nuestra Congregación de Hermanas Josefinas de la Santísima Trinidad, el reconocimiento por nuestra labor desde el 18 de febrero de 1886, cuando unas pocas monjas profesaron en la Casa Madre de la calle Buen Suceso.

La Congregación surgió en la modernidad de aquellos tiempos como Instituto Religioso al servicio de las necesidades de la comunidad de Plasencia, atendiendo a familias, a enfermos y hasta a las personas que resultaron heridas o enfermas en la guerra.

Con los vientos que impulsaron las labores educativas, abrieron los colegios: en Plasencia, Colegio Santísima Trinidad Plasencia y Escuela Hogar; en Cáceres, el Colegio La Asunción-Josefinas; en Salamanca, Las Trinitarias; y en Santander el María Reina Inmaculada. En Chile, Perú, Honduras y Méjico, colegios y obras que solo quienes las conocemos las valoramos; debido a su gran dificultad y crudeza, solo en ocasiones las describimos fielmente a nuestros alumnos. Los colegios y otras obras suponen el contacto con las necesidades de la persona a través de la familia.

Somos muchas las personas que hemos recibido la educación en Las Josefinas y tenemos la convicción de que, como se dijo en la fundación de nuestra congregación, debemos estar allí donde la persona nos necesita.

Como dicen las noticias recogidas por el Diario HOY y el periódico EXTREMADURA, tampoco debemos olvidar la labor en Europa, cuando en plena posguerra mundial, nuestras hermanas emigraron, sin conocer el idioma donde hacían falta. Allí son especialmente apreciadas, pues su servicio se hizo imprescindible en los hospitales, aprendiéndolo todo con dedicación y esmero.

Ahora, en nuestra casa de Valladolid, en muchas de América y allí donde se necesita, las hermanas ayudan a la reincorporación social de mujeres maltratadas.

Podemos decir con orgullo que nuestra labor nació en Extremadura para el mundo. Somos el Colegio que ha proyectado desde su fundación la historia de las Hermanas Josefino-Trinitarias y nos sentimos unidos a su vocación de servicio y a su implicación con la persona.

Gracias al Ayuntamiento de Plasencia por esta petición que nos afecta a todos los que queremos al Colegio Santísima Trinidad de Plasencia y a todos los otros colegios y obras de la Congregación.

Muchas gracias.